Tocaron todas las que yo queria oír, las que no quería, y algunas que se inventaron. Como toca el muy cabrón. Y el feo borracho, y el hombre del saxo, y el bateria, y me las sabia todas, y casi no toco el suelo del disfrute :)
La fiesta de después fué horrible, ya empezo mal, ultimamente me encuentro un poco mal, es una especie de catarro extraño (no iba yo a tener un catarro normal), me tuve que cambiar en el taxi, porque la fiesta era de traje (pfff) y al llegar, un palacete barroco recargado y demasiada gente. A la mitad no la conocia, y a la mitad que conocía, desearía no haberla conocido jamás, solo dos personas se salvaron de mi quema, y una de ellas tampoco tuvo tiempo de hablar conmigo, habia DEMASIADA gente.
Odio a la panda de pijos falsos que me hicieron recordar mi adolescencia horrible en su compañia, que volvieron a hacerme sentir mal y a ridiculizarme, solo por el simple hecho de ser una panda de inseguros de mierda que no saben hacer otra cosa que pasear su supuesta superioridad por dondequiera que vayan. Mentes simples, las mismas bromas desde hace tres años, esta gente no crece, no madura, los mismos chistes simples y estupidos de hace tres años...
Ayer no me la jugaron del todo, guarde bastante bien las apariencias y aguanté el tiron bastante bien, e incluso me digné a ignorar a determinadas personas que tenian la misma actitud hacia mí. Reencontré a gente que daba por perdida y, huí, de manera conveniente y diplomática, despues de tres horas de fiesta, debido al dolor de cabeza.
Ojala no les hubiera conocido, y no se porque todavia les hablas, pero es gente deplorable y estúpida, y nisiquiera merecen ser tratados como personas. Conozco perros que son mucho más majos.
Pero he tenido un sobrino precioso, y nada de lo que ellos hagan podrá estropearme esto :)
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Sus soldados
son flores de madera
y mi ejército no tiene
bandera, es sólo un corazón
condenado
a vivir entre maleza
sembrando flores de algodón.
Extremoduro - La vereda de la puerta de artás
son flores de madera
y mi ejército no tiene
bandera, es sólo un corazón
condenado
a vivir entre maleza
sembrando flores de algodón.
Extremoduro - La vereda de la puerta de artás