Entraron sin perder un instante, resguardados del frio-findelmundo que azotaba el exterior, furia extendió las manos, en ellas estaba el disquete de la práctica 3. Interrogado, Morthrandir preguntó que qué era aquel disquete, aunque, sabía la respuesta. Es la práctica 3, programador gris, he hecho lo que he podido, pero ha salido en código rojo. Los mensajes por pantalla los muestra en ruso, me llama Dimitri, y en un array de 20 posiciones ha rellenado hasta la 26, si lo ejecuto, Windows se muere. ¿Y que quieres que haga yo?, - le preguntó -. Tú eres un poderoso programador, tu sabrás hacerlo bien, toma, tienes que cogerlo. Las luces de la taberna estallaron, la oscuridad se hizo alrededor de Morthrandir que, con evidente sufrimiento y esfuerzo, logró exhortar, ¡No, me tientes furia! No soy un programador de tres al cuarto, Furia Mochilón, ¿he de recordarte que yo programo en ANSI C? Y haciendo gala de una evidente indignación marchó con turin en busca de asiento. Entretanto, Calvin, que se había mantenido en un discreto segundo plano entró en acción, y de su mochila extrajo un pergamino k6-II a 400Mhz reluciente como la luz de la mañana reflejada en el lago de Umar-hann. Parecía hecho del MIThril más puro, y de su interior, el calor salía a bocanadas. Y consciente del peligro que ello entrañaba, le entregó a furia la práctica hecha, y el pergamino para que pudiera modificarla, y le dijo, "ale chavalote, ahí tienes, para combatir éste mal, has de usar sus mismas armas, o eso, o te suspenden" y hubo gran regocijo. Ambos partieron de inmediato al encuentro del resto de los compañeros, que esperaban con una abundante ración de "rico y sabroso jamón ibérico" con pan, una catalana de toda la vida.
"Difíciles momentos se acercan, y es en estos momentos, que uno debe enfrentarse al peligro de frente", así habló furia, y todos escuchaban atentamente. Calvin preguntó, ¿en que estas pensando?, En ir a una tutoría de programación -exclamó furia-, voy contigo, exclamó Morthrandir, ese enemigo te supera, y nada puede contra mí, pues esas pruebas las tengo ya más que superadas. Y de esa manera, partieron, sin mirar atrás, hacia una batalla segura.