Una vez alguien llamado Shama, o Sha el impronunciable, osó leer un fragmento de ella, aproximadamente la mitad, y esto fue lo que dijo:
dios... es esclavizantemente dinámica... como un perpétuo traquetreo de un tren hacia el mismísimo infierno... y odio los gerundios... sí, esos malditos gerundios que dan esa sensación de "movimiento rectilíneo uniforme" y prefiero sentarme y sentir un huracán de bofetadas que vienen del infinito universo
Asi que estais avisados e invitados a contemplar otra obra fruto de no poder parar quieto, lo cual agradezco mucho a mi cerebro.
La Estrofa Interminable
Verso tras verso
me voy agotando. Has sido!, no he sido! Me callo, me callo Lo siento, no puedo. Me lío, me rallo Mi vida es el quiero mi casa es el llanto. Te creo, no creo No puedo, no alcanzo Tu hiciste, yo hice me siento cansado. Mi tristeza escribo, mi lamento canto. Tu me hiciste aquello. Me faltaste tanto. Recuerdos, reproches Mentira! Es falso! Mi yo de verano, me sigue matando. Y día tras día, me voy apagando, me voy consumiendo, me voy desgastando. No creo que pueda seguir aguantando. No creo que quiera seguir esperando. Mis recuerdos dictan momentos de pago, censura, lamentos, errores, enfados. Perdón, no quería. Mal acostumbrado. Hacer sin pensar, es nuestro pecado. La sal bien vertida al campo sembrado, no crecerá nunca. Pisamos, pisamos. El perdón no existe, el rencor, en cambio, habita los cuerpos, despertando a ratos. Dormido, escondido, huido y extraño. Que ni acorazado, se libra del llanto El corazón, hueco. Su sitio, ocupado, por bloques de piedra, que están destrozados. Superficie lisa, desgastado canto, corazón de piedra, esculpido a mano. Corazón de piedra, partido en pedazos. Me callo, termino, me siento cansado, lo siento, lo intento. Y me cuesta tanto... | ¿Cansado, comentas?
me río, me parto. No te haces idea, lo que estoy pasando. Dolida, hundida, cada trago amargo, cada cosa dicha, cada paso dado. Bien sé que lo intento, y a veces me fallo. Lo digo y lamento, no haberme callado. No lamentes nada, diré a cada rato, lo que lleves dentro, mejor es sacarlo. Eso dices siempre, y acabas llorando. Lo sé, pero pienso que es peor callarlo. En el fondo sé, que quieres cambiarlo. Por encima sigo, sin verlo tan claro. El cambio es grandioso, en principio, claro. Los motivos, digo, no me son mostrados. Dime claramente, hombre atormentado: ¿Porqué me haces esto? ¿Porqué tan cansado? Cansado de ser, un despojo humano, de intentar hacer lo que no hizo antaño, y que ni con esas se paren los palos. Has de comprender, fastidiaste tanto. ¡Ni tras dos mil sueños yo podré olvidarlo! Fuiste mal amigo, fuiste mal amado, me mentiste, incluso tras dos largos años. Medio año hace, y sigo llorando, en las noches solas, sin ningún descanso. |