Desde hace unos meses estoy teniendo la oportunidad de realizar un experimento sociológico con ratas de laboratorio.
De una misma camada, se separaron y criaron por separado dos grupos distintos de ratas (Grupo A y B). Tres meses después, se volvieron a unir.
Desde un primer momento se pudieron observar las diferencias existentes entre los individuos. Las del grupo A eran tranquilas y las del B nerviosas. En ambos casos se observó un fuerte vínculo grupal, caracterizado por la segregación en los dos grupos iniciales con un par de significativas salvedades,
Se observó que un miembro de cada grupo cambió el grupo y fué inmediatamente aceptado. A esto le siguieron una serie de breves interacciones sin trascendencia.
Pero el punto fuerte llegó cuando se propuso el experimento número 20. Hasta ese momento, las ratas habían aprendido que para conseguir la comida tenían que hacer una serie de ejercicios y juegos (Correr en la rueda, laberintos, etc...). Cada rata tenía a su disposición diez puezas de comida, que según la cantidad de ejercicio y de cosas resueltas, recibían las 10 o menos. Esta comprobado que a partír de las 6 piezas de comida, la rata está saciada, y que el resto hasta las 10 lo consideraban un premio.
El experimento consistía en revelar a una rata un acceso al almacén de la comida sin tener que hacer los ejercicios. Se eligió al azar un miembro del grupo A, quien, tras un par de horas de cerciorarse que la comida no estaba envenenada y no encontrar trampas, decidió traerse a sus compañeras del grupo.
Dada la segregación observada, éste comportamiento era el estimado cuando se diseñó el experimento. A continuación, y contra todo lo esperado, la rata del grupo A mostró a sus compañeras del grupo B donde había sacado la comida. Cada una de las del grupo B se comió las 10 piezas que le correspondían y unas cuantas de las que no eran suyas.
Las ratas del A aprendieron, y la siguiente vez sacaron menos comida, dejandose algo en el almacén. Las ratas del B, que no eran tontas, ante la visión de 7 piezas, y el recuerdo de 10, decidieron seguir buscando, y acabaron comiendose sus 7 más las que quedaban en el almacén.
Conclusión:
Es interesante observar las reacciones de los individuos y aprender de su comportamiento. Las ratas del grupo A en su intento de asegurarse comida, no contaron con la voracidad e inteligencia de las del grupo B.
Desde entonces, las ratas del A colaboran solo con las del A, y las del B con las del B.
Ahora que sabemos que los dos grupos de ratas tienen acceso al almacén, estamos pensando de qué manera utilizar esa información para otro experimento.
Seguiremos informando.