Me llama la atención lo contradictorio de dedicar nuestra vida al autoperfeccionamiento y a la superación personal, y al mismo tiempo nos abalanzamos a un ritual de autodestrucción de alcohol, tabaco y drogas en general, los fines de semana"
Algo extraño para mí, que hasta hace poco eso del alcohol ni lo olía, no fumo y no tomo más drogas que las que segrega mi propio cuerpo. Ahora me encuentro en un torrente extraño de experiencias, de gente, sitios, ruídos, olores.
Más de diez mil kilómetros después, en estos meses que han pasado como el viento entre las ramas (rápido, filtrándose entre las hojas y haciéndolas temblar), casi sin darme cuenta. Me dicen que estoy más delgado, que tengo cara de cansado, y sin embargo estoy bastante feliz, donde quiero estar, y haciendo lo que quiero hacer :)
Últimamente, cada vez más, amigos y amigas mías van desfilando de manera natural bien de vuelta a su ciudad natal, bien a otra, abandonando el marco en el que de momento tengo echadas las raíces.
Es un momento de cambio bastante claro. Hasta yo lo empiezo a notar. Pararme a pensar que es lo que quiero en mi vida y lo que no. Que me gusta de la gente, y qué busco en alguien. En definitiva en aclarar las ideas. Pararme a mirar, meses después de darle varias vueltas de campana a mi vida, donde estoy. (/*quién soy yo y dónde está mi dentadura*/)
Y en éste momento creo que estoy en una autopista, sin cambios de sentido, con el medidor de gasolina estropeado, sin señales de gasolineras a la vista.
La felicidad consiste en estar constantemente insatisfecho.
/* Nota a mí mismo: Reescribir cuento sobre la felicidad. Hacer ilustraciones. Descansar. Recordar cómo ser feliz */