Queridos reyes magos:

No empezaré diciendo que este año he sido un chico muy bueno. He dicho y hecho cosas de las que me arrepiento, y que seguro no volveré a repetir. Tampoco es que haya sido el mísmo diablo, ni mucho menos. Símplemente no he sido del todo perfecto. He sido un chico bueno. Punto.

El caso es que este año llegan tan señaladas fechas de una manera muy especial. Tengo un buen trabajo, donde estoy a gusto y me pagan bien. Me he independizado, comparto piso con dos compañeros de clase. El curso, de momento, va bien, y estoy viviendo un momento inmejorable con mis amigos. Por eso les escribo esta carta.

Este año no quiero ni necesito nada que se pueda comprar, ni empaquetar, ni envoler con un lazo. Lo único que me falta en este momento no está dentro de una caja.

Coincidirán en que, en lo tocante a felicidad no-material, andan sus majestades un poco pez. Y no les culpo, en ciertos aspectos aparte de ser un poco raro, estoy últimamente gafado.

Pero si, a pesar de todo esto, sus majestades consideran necesario cumplir con su deber de cumplir (o al menos intentarlo) mis deseos navideños, les estaría tremendamente agradecido si me trajeran recuerdos nuevos. Los viejos se me están gastando de tanto darles vueltas. Si fuera posible, aunque sea por pedir (y fuera de programa) si así lo estiman sus majestades oportuno, que sean recuerdos alegres, por favor. De los otros ya tengo suficientes.

Con afecto,

[|FuRiA|]