Estas navidades tuve una cena con unos amigos en el restaurante mejicano "La panza primero" de chueca. Mi silla estaba mirando a una pared en la que estaba escrita la letra de lo que parecía un poema (y más tarde, buscando, descubrí que era parte de la letra de una canción) que os pongo aquí:
"Por tu amor que tanto quiero y tanto extraño,
que me sirvan otra copa y muchas más
Que me sirvan de una vez pa' todo el año,
que me quiero seriamente emborrachar
Si te cuentan que me vieron bien borracho,
orgullosamente diles que es por ti
Porque yo tendre el valor de no negarlo
Gritaré que por tu amor me estoy matando.
Y sabran que por tus besos me perdí [...]"
José Alfredo Jiménez. Pa' todo el año
Al verla, me recordó mucho a mi comportamiento del último curso y medio desde que rompiera con mi, entonces novia, Pati.
Algunas veces los hombres somos lamentables sentimentalmente, Básicamente me pasé un año trabajando por las mañanas, asistiendo a clase por las tardes y saliendo a muerte por las noches.
Ocupando hasta el más mínimo resquicio de mi tiempo para no poder pararme a pensar, a recapacitar. Es evidente que cuando acabé el curso y me encontré con muchas horas libres por rellenar, me dí de frente con la insuficientemente amortiguada realidad de que no estabas. De que, realmente, los últimos meses no estuvimos ninguno de los dos. De que por mucho que me esforzara por fingir que todo era normal no lo era.
Es una pena. Una de esas cosas que aprendes por el camino trayecto es que hay veces que una relación de amistad normal, es la más anormal de las relaciones.