Las navidades, como cualquier epoca de vacaciones, me brindan una oportunidad excelente para cierta desconexión. Uno desconecta de las cosas que no quiere, o delas que no le gustan. Yo desconecto por completo de las clases.

(sé que los profesores se empeñan en que hagamos cosas en navidades, precisamente para no desconectar, pero si hago eso, al final del año, mi cerebro es papilla)

Me gustan las cosas de última hora, me gustan los planes de última hora. Me encanta improvisar, adaptarme, evolucionar. Es como una droga, no lo puedo quiero evitar, me gusta trabajar bajo presión.

(Dicho esto, es de remarcar que es la 01:30 (aprox), que mañana hoy me levanto a las 7, y estoy, como siempre (menos mal) a medio-altas horas escribiendo aqui)

Hay que retomar las viejas, y buenas, costumbres.