Éltimamente como muchas mandarinas. (No menos de media docena diaria)
En el fondo es un sustituto sano al picoteo basura y a la coca-cola.

Y ahora observo desconcertado (y un poco molesto), un extenso montón de semillas (pipas, pipos) de mandarina sobre mi mesa.

Es bastante incomodo encontrarte pipos en un gajo de mandarina, pero encontrarte en todos es una putada.

Ésta en concreto tenía (al menos) cuatro por gajo. Ha llegado un momento (al segundo gajo) en que me he cansado de rebuscarlos en la boca y tener que escupirlos, así que he sacado una navajita desmontable, y haciendo honor a mis genes (una rama de mi familia la conforman una serie de médicos de relativa importancia antiguamente) y he hecho pequeñas incisiones precisas en cada gajo, permitiendo a este liberar su maligna carga sin quedar destruido.

El resultado es ese montoncito desconcertante de pipos encima de mi mesa, y yo entretenido y feliz.